Gabriel Orozco nació con un solo dedo en la mano izquierda por un problema congénito. Ataja en la liga cordobesa y es figura.
Orozco hoy tiene 33 años y acaba de consagrarse campeón invicto con el Recreativo Estrellas, de la localidad de Jovita, un pequeño pueblo al sur de la provincia de Córdoba. Además fue uno de los mejores arqueros del torneo, con actuaciones decisivas como en la final contra Cultural Del Campillo dirigida por el internacional Héctor Baldassi.
“Desde siempre yo quise ser arquero, es el puesto que me apasionó toda la vida. Arranqué en el baby fútbol en un pequeño club de San Luis y de ahí no largué más”, contó Orozco en una charla con el Diario Libre.
“Uso guantes comunes, de esos que se compran en cualquier casa deportiva, y no los relleno, no me hace falta”, explica el arquero, que mide 1,96 metros y todos los jueves recorre 350 kilómetros para llegar hasta Jovita, donde juega y entrena con el Recreativo Estrellas.
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