Muchos astronautas cristianos han formado parte del programa espacial de EE.UU. En un reportaje, uno de ellos afirma que reconoció la grandeza de Dios en la creación y que desde fuera de la Tierra la relación y visión es desde otra perspectiva.
Aunque para muchos astronautas viajar por el espacio es una aventura, algunos de ellos aseguran que la experiencia les ayudó a fortalecer su fe. Desde el principio y hasta el día de hoy, astronautas cristianos han sido parte del programa espacial de los Estados Unidos.
El especialista en misiones, Patrick Forrester, asegura que "estando aquí en la NASA he llegado a entender lo que realmente significa tener una relación personal con Cristo y depender de Él para todo". Forrester, coronel jubilado del ejército, tiene 14 años de trabajar en la agencia espacial.
Según comenta el especialista, su oración muchas mañanas es que las personas con quienes trabaja vean a Cristo en él, se sientan atraídas a Dios y puedan comprender lo que le hace ser como es. "Algo de lo que he aprendido a lo largo de los años, y especialmente al volar en mi última misión, es que solo debo ser quien soy", agrega Forrester.
Al caminar en el espacio, flotando a más de 300 kilómetros de la tierra, Forrester ha encontrado algo muy significativo durante sus 25 horas fuera del trasbordador espacial.
"Recuerdo estar afuera en el espacio y solo ver mi cuerpo y la Tierra que pasa en frente. Uno se maravilla de la belleza de la Tierra en una forma que no se puede apreciar desde adentro de la nave. Reconocí que Dios lo había creado. La gente siempre pregunta si me sentía más cerca de Dios en el espacio y digo que no, que me sentía cerca de Él antes de ir, pero piensan que por estar allá uno ve a un Dios o un Creador diferente, y no es así, solo lo ves de otra perspectiva", expresa Forrester.
De aviador del ejército a explorador del espacio, Patrick Forrester cree que los planes de Dios siempre son más grandes que los nuestros. Esto lo comprobó cuando estaba de misionero en Uganda, donde se encontró con un hombre que creía que la Tierra era plana.
"La última noche, después de enseñar toda la semana el evangelio de Marcos, el misionero me invitó a compartir mi video acerca del espacio. No quería hacerlo porque no era mi deseo presentarme como astronauta", recuerda Forrester. A pesar de sus dudas, él compartió su historia y eso impactó radicalmente la perspectiva de aquél hombre.
"Esa noche me quedé mirando las estrellas y por primera vez comprendí cuán grande es Dios. Eso me mostró cómo Dios toma las cosas que nos ha dado y las usa de una forma más poderosa de lo que pensamos. Si pudiéramos entender cuán grande y poderoso es Dios y si lográramos entender su amor, nuestro mundo cambiaría en un instante", comenta Forrester.
Fuente: Cristianos.com.